El entorno familiar cercano a un Borderline

Aprendiendo a convivir con nuestro paciente Borderline.

Reconociendo las emociones hacia nuestro paciente.

Soledad, tristeza, aislamiento, enfado, desesperación, impotencia, rabia, depresión, angustia son sólo unas cuantas de las emociones que presentan todos los días los allegados a los enfermos con Trastorno de Personalidad Límite. El entorno familiar suele ser más crítico cuando al paciente aún no se le diagnostica su enfermedad. ¿Cuántas veces hemos visto que las familias corren a sus pacientes de sus hogares ante la impotencia e ignorancia de no saber como enfrentar el problema? Las consecuencias de estas acciones lejos de ayudar a resolver el trastorno mental Borderline del paciente son desastrosas para él y para la familia. A los enfermos con este tipo de trastornos y que no se les atiende adecuadamente, terminan sus vidas en el alcohol, drogas, sexo, la calle y hasta en la cárcel, mientras que las familias terminan destruidas en la separación, culpabilidad y vergüenza.

Otras veces el paciente y sus familiares acuden a terapias para tratar de aliviar el sufrimiento y el desorden en el que viven. Estos tratamientos aún cuando aminoran la tempestad y sufrimiento durante períodos relativamente cortos, no resuelven totalmente el problema al no existir un diagnóstico claro y puntual. El trastorno va más allá de falta de integración familiar, conflictos de pareja, falta de atención en la niñez y adolescencia del paciente, etc. Efectivamente, es muy probable que este tipo de perturbaciones y conflictos sean una parte importante del rompecabezas del desasosiego familiar. Sin embargo, éstos forman parte de la sintomatología de la enfermedad, pero no son un diagnóstico. Es una situación de estira y afloja que incluso puede generar que las emociones descritas al principio se vuelvan más intensas y lleguen a un hartazgo e indiferencia que lejos de abrir un camino, lo único que hacen es construir una muralla que frena toda comunicación y entendimiento entre los miembros de la familia.

Por ello es necesario, en primer lugar, buscar ayuda altamente profesional que logre diagnosticar con precisión el trastorno que sufre el paciente, en este caso, Trastorno Borderline. Se requiere acudir a instituciones siquiátricas de primer nivel. Son escasas sobre todo en los países latinoamericanos, pero sí las hay. Se debe tener paciencia, ya que tal vez éstas se encuentren retiradas del lugar de residencia del paciente, y si son administradas por el gobierno, es probable que los familiares y el enfermo se enfrenten con una trama burocrática que los desaliente. Las evaluaciones y los resultados médicos y psiquiátricos no son inmediatos. Pasarán varias semanas antes de conocerlos.

En segundo lugar, como el ambiente familiar se ve trastocado por la enfermedad del paciente, sus miembros se verán afectados aún a veces sin darse cuenta, manifestando una mezcla de sentimientos como: frustración, tristeza, angustia, desesperanza, ira, temor, dolor, pánico, indiferencia, apatía, etc. por lo cual requerirán de ayuda psicoterapéutica. Estas terapias son imprescindibles ya que de no hacerlo, el paciente difícilmente saldrá adelante. Recuerde, los familiares también requerimos ayuda. Los grupos de autoayuda representan un gran apoyo tanto para el enfermo como para sus allegados.

Por último, es también absolutamente necesario que el paciente siga al pie de la letra las indicaciones médicas y terapéuticas si se quieren obtener resultados positivos. Desde que el enfermo acepta tener el Trastorno Borderline y empieza a tomar sus medicamentos y terapias se le debe hacer saber las consecuencias de abandonar sus tratamientos. Por un lado, se le estará dando la oportunidad de hacerse responsable él mismo de su enfermedad y por el otro la familia o sus allegados se sentirán aliviados al no percibirse como culpables por los actos irresponsables de su paciente.

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2 respuestas a El entorno familiar cercano a un Borderline

  1. Silvia Villarreal dijo:

    Saludos:

    Podrían ayudarme por favor a contactar a algún terapeuta dialéctico conductual altamente profesional que logre diagnosticar con precisión el trastorno en un niño de 10 años en la ciudad de Guadalajara, Jalisco.

    Muchas gracias de antemano!

    • Hanna Ki dijo:

      Estimada Silvia:
      Gracias por tus comentarios. Desafortunadamente no sabemos si actualmente exista en México algún terapeuta o profesional altamente capacitado en la Terapia Dialéctico Conductual. Lo que sabemos es que la creadora de esta Terapia que es la Dra. Marsha Linehan, ofrece cursos para familiares y pacientes en el Estado de Washington en Estados Unidos. La página donde puedes obtener la información de primera mano es la siguiente:

      http://behavioraltech.org/index.cfm?CFID=43051623&CFTOKEN=72422941

      Otra opción que pudieras considerar para tener un diagnóstico confiable aquí en México es acudir al Instituto Nacional de Psiquiatría aquí en el D. F. Esta institución está reconocida internacionalmente por el nivel de atención tan especializado que tiene, ya que cuenta con profesionales altamente calificados en este tipo de trastornos. En esa institución existe una clínica de adolescencia y la experiencia que yo he tenido con mi hija en esa Institución ha sido de primera, tanto por el diagnóstico que le dieron como con la atención que sigue recibiendo.
      Te comento que el viernes próximo a más tardar, vamos a publicar un artículo muy interesante y revelador sobre «El diagnóstico del TLP en los adolescentes» en el que básicamente explican sobre el hecho de que los Psiquiatras no se atreven a dar un diagnóstico de TLP en la adolescencia, o sea antes de los 18 años, ya que atribuyen el comportamiento de los jóvenes a los cambios de temperamento de esa edad, retrasando un diagnóstico que tal vez pudiera ayudar a enfrentar de manera temprana la enfermedad.
      Espero que esta información te ayude y no pierdas la esperanza de que los allegados podemos hacer la diferencia en que nuestros pacientes y nosotros tengamos una vida más digna y llevadera.
      Recibe un gran abrazo.

      Hanna Ki

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